sábado, 30 de mayo de 2009

"Sentí como si mis ojos estuvieron forzardos a mirarlo... "

Siempre he querido ser independiente, no soy para nada de esos que cumplen con lo que le dicen los demás, … yo soy más radical… yo no les hago caso. Tal vez por ser hijo único y por el hecho de que mis viejos murieron cuando tenía 5 años es la razón por la que he tenido mucha libertad, una como la que siempre he querido. Actualmente vivo con mi abuela, 12 años después de que mis viejos murieran y mis familiares me dejaran en un alberge mi abuela por parte de mi papá vino a sacarme desde Colombia para vivir con ella, ella siempre es atenta, aunque a veces demasiado. Mi abuela no entiende que el hígado que ella se hace todos los días al discutir conmigo es en vano y por su culpa, pues ella sabe lo posesivo que soy, además esa parte de ser un luchador de la libertad viene de la cepa de mi papá – o sea de su hijo -. Un día como cualquiera salí del pequeño departamento donde vivimos para irme a la escuela, fue entonces cuando me topé con una anciana de creo yo 89 años – en realidad no sé cuantos años haya tenido, pero de lo que sí estaba seguro es que era mayor que mi abu- y detrás de ella un muchacho de mi edad – así aparentaba - , no les tomé mucha importancia y me fui. Al llegar al depa, después de la escuela, observé que mi abu se encontraba conversando con otra anciana, mucho mayor que ella, segundos después me acordé de la anciana con la que me topé y la que ahora conversaba con la abu. Entré, las saludé y me fui a cambiar. Sabía que tenía que estar presentable para la visita pero todo eso de seguir un estereotipo y dejar ser tú mismo en ocasiones va en contra de mi forma de ser, así que me puse unos jeans rasgados y un polo negro que decía en la parte de atrás: DEVILS RULES THE WORLD OF A FREE SPIRITH ( el diablo es el que manda en un mundo de espíritu libre). Cuando entré a la cocina, lugar donde las tías también se encontraban, vi a un tercero… el muchacho que estuvo atrás de la anciana cuando me la topé en la mañana. La abuela dijo que me fuera a mi cuarto a jugar con Bryan – por más que supiera el nombre de alguien para mí resulta ser igual un desconocido- , me quise resistir ante el mandato de la abuela, pero… no lo hice. Entramos a mi cuarto, se lo mostré y me dijo : “A mí también me gusta metálica”…. – al parecer ya se había dado cuenta del poster que tenía en mi cuarto con el líder de esa banda -… yo le respondí fríamente: ¿Ah si?… a mí también. Le sugerí que jugáramos Xbox, él aceptó. Después de 30 minutos jugando Skaters5 él, finalmente, me ganó. Precisó llegó el momento cuando la abuela llamó a que saliéramos del cuarto porque Bryan ya se tenía que ir, súbitamente él me dijo : Esto merece otro segundo torneo, ¿no crees?, yo le respondí: Ah… ¡Sí claro! – se lo dije sin ánimos porque al mismo tiempo me dije a mi mismo: Ah… mira que bien, ahora me quiere dejar oportunidad para rectificarme como si la necesitara- . Él se marchó y yo me quedé viendo tele. Había pasado ya dos días desde que no venían a la casa – la señora anciana y él-, entonces como si hubiera tenido un deja vú escuché sonar la puerta, la abrí y de repente vi a Bryan. “ Mmm… ¿ qué haces acá?” fue lo que le pregunté y él me contestó somnoliento : ¿Quieres ir a mi depa a terminar el juego que no pudimos concluir?. Yo no tenía nada que hacer en esos momentos, es más me sentía aburrido… entonces asenté con la cabeza. Cerré la puerta… subimos hasta su piso, abrió la puerta, no se encontraba nadie, llegué a entrar y Bryan cerró la puerta… “Vamos… es por acá” – me gritó- y yo le obedecí. Me hizo sentar en su cama, pues no tenía sillas, me dejó instalar el Xbox mientras se cambiaba. Lo logré instalar y fue cuando lo vi sin polo, me resultó algo extraño porque sentí como si mis ojos estuvieron forzados a mirarlo, él volteó y se ganó, abochornado lo único que me quedó hacer fue voltear y pretender seguir instalando el juego. Bryan se sentó a mi lado y empezamos a terminar al juego que habíamos dejado. Veinte minutos después el juego ya había concluido. Él me preguntó si tenía tatuajes, yo le respondí con un no. “Yo sí… dos” – me contestó-.... ¿quieres verlos? – me preguntó- , yo le dije que sí. Bryan se sacó el polo y me mostró el pequeño dragón que tenía. Me sentí extraño por un momento, no estuve seguro que fue lo que pasó exactamente… pero algo me dijo que le preguntara por el segundo tatuaje… y así lo hice. Bryan se sacó el pantalón y me mostró la cicatriz que se había hecho en la parte del muslo – no era un tatuaje sino que la cicatriz tenía la forma de otro dragón-. “Se parece bastante a un dragón, ¿no es verdad? “ – me preguntó-, yo le sonreí. Nos quedamos mirando por más de 30 segundos, un impulso me hizo resbalarme al piso y mi mano me hizo jalar a Bryan conmigo. No estuve seguro en hacerlo, pero pasó. Mi vida ha estado llena de ambigüedades, pero no con mi sexualidad. Se sintió bien… al querer voltearme encontré a su abuela debajo de su cama amarrada y con manchas de sangre en toda su cara… me asusté… cerré los ojos y cuando los abrí me encontré en otra habitación, en mi cama al costado de mi esposa y con la cuna de nuestro bebe al costado y me di cuenta que ese había sido el mejor sueño que haya podido haber tenido.

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