Estuve viendo todo el fin de semana los videos que encontré en youtube de los concursantes del espectacular reallity show Britain’s got talent… me cagé de la risa y me sorprendí de aquellos talentos que realmente fueron excepcionales en su género. Después de haberme casi amanecido viendo estas audiciones me topé con la sorpresa que a veces el carisma y la simpatía puede ayudar a los concursantes a clasificar en la segunda ronda. El carisma y la simpatía, creo yo, son también talentos que tienen pocas personas… como casi la mayoría de los concursantes que pasaron a una segunda ronda. No estoy diciendo que sólo el carisma les haya ayudado a estas personas en la audición, pues… conociendo a Simon Cowel –el jurado más exigente-, él nunca los hubiera aprobado así de fácil… el carisma y la simpatía de esos participantes fue un bonus extra perfecto para que el público aplaudiera y el jurado de animara a no marcarlos con la X – acción con la que un concursante es eliminado -. En la mayoría de los casos vemos a pequeños cantando, bailando y nos emociona… pues nos resulta muy tierno, en otros casos… el carisma de las personas que no son exactamente agraciados pero sí naturales y alegres hacen que la gente también se ría y además en algunos casos producen histeria en el público del teatro. Igual experiencia les pasó a Susan Boyle y a Paul Potts, personas totalmente desalineadas que cualquiera pensaría que harían el ridículo pero con un talento innato que logró la reinvindicación y las disculpas del jurado por la actitud presentada antes de que ellos – Susan y Potts- logran comenzar a desarrollar su acto. Sea como fuera el caso creo que ahora somos muchos más capaces de ser sensibilizados por estas personas y sacar todos los prejuicios que teníamos para escucharlos desarrollar ese talento que incluso los que les blufean no lo logran tener así de bueno.
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