martes, 2 de junio de 2009

"No estuve seguro de cuáles eran sus intenciones, pero parecía misteriosa... "


Entré aburrido… bueno no aburrido más bien cansado creo. Cierro la puerta de mi cuarto y por más irónico que resulte prendí mi ordenador para ver quien estaba en línea – como si alguien a las 4 de la mañana lo estuviera-. Doy un click después de haber puesto mi contraseña, la computadora se reinicia… dos veces. La vuelvo a prender por tercera vez y espero algo de 5 minutos a que se logre abrir el msn… se logró abrir. Sólo había una sola persona en línea… Carolina. Ella era de México y aparentaba ser una buena chica, tenía mi edad y… además quería estudiar lo mismo que yo: Química Industrial. Al principio me detuve, pero… “mmm tal vez se podría poner interesante la noche” – pensé-.


Yo: Hola… ¿qué tal?
Ella: Hola… a los años ehh!... bien ¿y tú?
Yo: Genial
Ella: ¿No son más de las cuatro de la mañana por allá?.
Yo: Sí… acabo de llegar de una fiesta.
Ella: Ah mira… oye te quiero mostrar algo… acepta la cámara.
Yo: Está bien… ¿quieres que prenda la mía también?
Ella: Si gustas…
Yo: De acuerdo
Ella: ¿Me ves?
Yo: Sí... ¿y tú a mí?
Ella: También
Yo: Okay.. ¿Qué es lo que me querías mostrar?
Ella: Sólo observa…

No estuve seguro de cuáles eran sus intenciones, pero parecía misteriosa. Ella comienza a alejarse de la cámara, después la mira y sonríe. No sabía porque estaba haciendo eso, pero desde que lo vi ya no logré parpadear. “¿Estás segura de esto?” – le pregunté- . “Claro… sí… ¿Porqué?... ¿Te sientes incómodo? “– Me preguntó- Quería atribuir algo a esa fantástica noche, entonces le dije que mirara bien a la imagen que proyectaba con mi cámara. No quería que esto pasara… es más nunca lo había hecho, pero… no pude resistirme más. No sé si le habría gustado, pero creo que no estuvo mal para un principiante. Ella me pide que hablemos por el micro… no me opongo. “Sabes que me gustaría…..” – Fue lo que me dijo-, ella quiso ser la que mandara este esporádico encuentro… me gustó. A partir de ahí me comenzó a pedir cosas mucho más atrevida, al principio no me animé, pero… las logré hacer. Su voz era delicada pero a la vez seductora… sólo me bastaba con escucharla, pero... de pronto ella me preguntó qué es lo que quería ver y yo le di algunas opciones que me parecían interesantes probarlas. Los dos lo estábamos disfrutando… demasiado diría yo. No quería terminar tan rápido, pero… no me pude contener más. Ella parecía que lo había disfrutado, entonces me sentí aliviado. Me mandó un beso por la cámara y me propuso hacer esto más seguido, yo abochornado le pregunte qué tan seguido, y ella me respondió: ¿Mañana a la misma hora? “Sí… me parece perfecto” – le contesté-.

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